sábado, 24 de diciembre de 2011

Navidad, Jesús, hace más de dos mil años. . .

Por Norma Rosa Torello

Una vez más la humanidad celebrará el advenimiento del Hombre que simboliza el amor y la justicia.

Jesús, Fuente de Agua Viva y Vida Eterna




La palabra navidad viene del latín nativitas que significa nacimiento. Se celebra el nacimiento el día 25 de diciembre de Jesús, El Cristo.
Y todos, hombre y mujeres, hacen una pausa en sus afanes para recordar el nacimiento del que vino al mundo despojado de todo bien material, pero henchido de riquezas espirituales, como que estaba predestinado para servir de guía luminoso a través de todos los tiempos.
Él vino para predicar el bien y la concordia entre los hombres, sin distinción de razas. No vino para sojuzgar a la humanidad, sino para redimirla.
No sintió la ambición de convertirse en el amo de las criaturas humanas, sino en su consejero, en su salvador. Su doctrina es la esencia del amor. Por eso, cuando los hombres la olvidan, caen en todos los abismos incluyendo el egoísmo. Y el egoísmo es diametralmente opuesto al Amor. Yo soy porque hay otro que existe, por ese hecho me reconozco.  Ese otro es mi semejante, mi prójimo, mi hermano. . .
Los pueblos que están más cerca de él, son los que tienen más desarrollado el sentido de justicia. Respetan las ideas y los sentimientos que les son propios a cada cual según su cultura.  
Jesús nos dio el más sublime ejemplo de tolerancia.
Quiso que todos fuéramos hermanos y que las manos se tendieran las unas a las otras para protegerse y hacer así menos áspero el camino de la vida.
Por haberse olvidado que no hay fuerza más poderosa que el amor, el hombre gime ahora en el cepo del odio, del temor y de las amenazas  debatiéndose el mundo en una de sus crisis más profundas.
Cuando en la tradicional Nochebuena partamos el pan en la mesa familiar, no nos olvidemos de los que aún  sufren hambre, sed y miserias a todo nivel.
En este nuevo nacimiento considero oportuno también agradecer lo poco y lo mucho que tenemos.
En definitiva todo es efímero y transitorio en este plano terrenal lo verdaderamente importante a mi criterio, más allá de las situaciones mundanas, es lo que logremos hacer de nosotros mismos. Ese será nuestro gran legado y el sello de nuestro paso por este mundo físico.
En el nombre de  los que conformamos este espacio de contenidos, “La Señal Medios” deseamos a todos una  Feliz Navidad a la vez que  un año 2012 con metas y proyectos nuevos,  porque mientras el milagro de la vida late en nuestros corazones hay esperanza y anhelo de una existencia mejor, no solo para cada uno de nosotros sino para todos.
Gracias a Uds., por estar siempre. . .